Esta es una nueva aventura, digamos, de orden gastronómico. Es necesario aclarar acá mesmito y antes de comenzar con este asunto, que no soy chef ni concinero. Soy uno que aprendió a cocinar a los ponchazos, por necesidad y lo más rápido posible. ¿El motivo de ese aprendizaje? Bueno, todo consiste en vivir solo en diversas circunstancias y en multitud de lugares. Hay que arreglarse con lo que uno sabe y con lo que uno tiene. Y a veces ambas dos cosas son escasas. Teniendo en cuenta lo anterior, tuve que aumentar la masa crítica de sapiencia cocineril y aprender a sacarle jugo a las piedras cuando la heladera era un desierto blanco y no había en ella ni siquiera el mítico limón sin exprimir.
Por otra parte, también declaro solemnemente que me gusta comer, y comer comida rica. No me gustan las muestras gratis que son la piedra de toque de la comida gourmet. Me acostumbré a la comida casera desde chico, de la mano del morfi de mi vieja, de mi abuela paterna y de ciertos cocineros de campaña que priorizaban la satisfacción del paladar mediante combinaciones de sabores básicos pero contundentes.
¿Qué cuernos se trae entre manos este blog?
Simplemente recetas, adobadas con uno u otro comentario.
En concreto, mi recetario elemental Watson, compuesto por platos de diversa índole. No son originales, no me da la cabeza para semejante cosa. A lo sumo son versiones de otros platos, con detalles más o menos. Por ejemplo, hay varias recetas de mi abuela que repito pero sacándoles algunos ingredientes que no son aptos para la vida citadina y que, sin duda, afectarían estómagos que no poseen la resistencia necesaria.
Siempre necesité que la comida estuviera lista en el menor tiempo posible, saliendo del clásico churrasco a la plancha, los huevos fritos o cosas por el estilo. Asi que, de acuerdo con esa máxima, adapté cada plato para que se pudiera elaborar con la menor cantidad de pasos y minimizando la cantidad de herramientas necesarias (ollas, sartenes, etc.). Esto último porque después hay que lavar lo que uno usa. La ley del menor esfuerzo, bah.
Otra consideración: todas las recetas que aparezcan aquí han sido probadas. Todas han sufrido el control de calidad de rigor. Todas avanzaron desde el período de desastre hasta el modelo final que ahora más o menos me gusta y que se podría mejorar pero ¿para qué?
Sin duda hay influencias. Traduzco: yo le afano sin culpa y a dos manos a cuanto chef o cocineno ande por ahí mostrando sus técnicas. No les copio los platos que hacen por lo general, sino una parte del tratamiento que le dan a ciertos productos.
Debo señalar también que no cocino con la heladera llena como respaldo. No siempre tengo lo que hace falta y no me sobran los ingredientes. Hay un pequeño arsenal básico de condimentos en mi cocina que me permiten más de una vez vender gato por liebre, pero no mucho más. Asi que, si yo puedo, Uds. también pueden.
Como dicen los optimistas acerca del elefante y la hormiga, paciencia.
Debo decir también que este blog es casi a pedido del público. Si señor, hay muchos que me han solicitado les extienda las recetas que acá se leerán y la verdad es que no las tengo anotadas en ninguna parte. Asi que también será éste mi recetario, por primera vez, ¿sistematizado?
Por supuesto, se aceptan sugerencias y si tienen alguna receta del orden de las que acá se publicarán, me la pasan y la ponemos a disposición del amable público presente y de mi mismo, of course.
Y ahora la dedicatoria:
A todos los que han sufrido en carne propia el tenor de mis experimentos culinarios, a los que alguna vez acertaron a probar un plato que más o menos servía para algo, para todos los que me conocen, etc.
Allá vamos.
Preparen ollas, sartenes y cuchillos y ¡que se vengan las invasiones inglesas!
Por otra parte, también declaro solemnemente que me gusta comer, y comer comida rica. No me gustan las muestras gratis que son la piedra de toque de la comida gourmet. Me acostumbré a la comida casera desde chico, de la mano del morfi de mi vieja, de mi abuela paterna y de ciertos cocineros de campaña que priorizaban la satisfacción del paladar mediante combinaciones de sabores básicos pero contundentes.
¿Qué cuernos se trae entre manos este blog?
Simplemente recetas, adobadas con uno u otro comentario.
En concreto, mi recetario elemental Watson, compuesto por platos de diversa índole. No son originales, no me da la cabeza para semejante cosa. A lo sumo son versiones de otros platos, con detalles más o menos. Por ejemplo, hay varias recetas de mi abuela que repito pero sacándoles algunos ingredientes que no son aptos para la vida citadina y que, sin duda, afectarían estómagos que no poseen la resistencia necesaria.
Siempre necesité que la comida estuviera lista en el menor tiempo posible, saliendo del clásico churrasco a la plancha, los huevos fritos o cosas por el estilo. Asi que, de acuerdo con esa máxima, adapté cada plato para que se pudiera elaborar con la menor cantidad de pasos y minimizando la cantidad de herramientas necesarias (ollas, sartenes, etc.). Esto último porque después hay que lavar lo que uno usa. La ley del menor esfuerzo, bah.
Otra consideración: todas las recetas que aparezcan aquí han sido probadas. Todas han sufrido el control de calidad de rigor. Todas avanzaron desde el período de desastre hasta el modelo final que ahora más o menos me gusta y que se podría mejorar pero ¿para qué?
Sin duda hay influencias. Traduzco: yo le afano sin culpa y a dos manos a cuanto chef o cocineno ande por ahí mostrando sus técnicas. No les copio los platos que hacen por lo general, sino una parte del tratamiento que le dan a ciertos productos.
Debo señalar también que no cocino con la heladera llena como respaldo. No siempre tengo lo que hace falta y no me sobran los ingredientes. Hay un pequeño arsenal básico de condimentos en mi cocina que me permiten más de una vez vender gato por liebre, pero no mucho más. Asi que, si yo puedo, Uds. también pueden.
Como dicen los optimistas acerca del elefante y la hormiga, paciencia.
Debo decir también que este blog es casi a pedido del público. Si señor, hay muchos que me han solicitado les extienda las recetas que acá se leerán y la verdad es que no las tengo anotadas en ninguna parte. Asi que también será éste mi recetario, por primera vez, ¿sistematizado?
Por supuesto, se aceptan sugerencias y si tienen alguna receta del orden de las que acá se publicarán, me la pasan y la ponemos a disposición del amable público presente y de mi mismo, of course.
Y ahora la dedicatoria:
A todos los que han sufrido en carne propia el tenor de mis experimentos culinarios, a los que alguna vez acertaron a probar un plato que más o menos servía para algo, para todos los que me conocen, etc.
Allá vamos.
Preparen ollas, sartenes y cuchillos y ¡que se vengan las invasiones inglesas!
upa, mira lo que encontré!! :D
ResponderEliminarLas leeré todas y tal vez le de una vuelta de tuerca para una versión menos calórica, por estos tiempos me toca bajar de peso...me encanta leer recetas y cocinar, gracias amigo Dormi!